lunes, 30 de marzo de 2020

MADRUGADAS DEL JAQUE...LA CHISTERA



   El silencio en las calles mientra subo a la colina del Mauror invita a la reflexión, el tiempo justo para dar un breve repaso a mi vida, tampoco necesito una gran trayecto para ello.
   Se puede decir que he cumplido todos los objetivos que un tipo normal se puede proponer a mi edad, he sido feliz y he sentido el frío abrazo de la tristeza y la soledad, me han amado y me han rechazado, esto afortunadamente en menor proporción, he bebido de las fuentes del triunfo y del fracaso y creo que he cumplido con la gente mejor que ellos conmigo.
   Llega un momento, en que cuando se me acerca alguien a mi rincón de la barra del Jaque y me habla de soledad, dolor y desamor, ya no me suena de oídas, la edad me ha hecho conocer el amargo sabor de la traición, la mentira y el engaño, he visto morir amores que se prometían la eternidad.
  Quizás este tiempo que vivimos de miedo al posible sufrimiento e incluso a la muerte, nos haga replantearnos muchas cosas como sociedad, aunque me temo que somos muy olvidadizos y los que queden o quedemos al final, harán o haremos, poco o nada por cambiar.
  El estado de alarma se alarga quince días más y luego vendrán otros quince, cuando acabe esto, habremos perdido media primavera que antes marcaba la apertura de la heladería de Los Italianos, me educaron para ser fuerte pero esa asignatura está claro que la tengo aún pendiente...
  Mi querido Toni, el camarero del Jaque, se las sabe todas y las ve venir de lejos, cuando entro al ajedrez el aire se contamina dulcemente de la voz vencida por el alcohol y las noches sin fin del poeta más calavera que ha dado la canción española, suenan las notas de “Quien me ha robado el mes de abril” de Sabina
  Durante la noche la gente normal duerme para vivir el día, nosotros no, a nosotros nos duele el día, nos quema el sol y nos hiere el aire, si no existiera el Jaque y el Four Roses habría que inventarlos o la vida no tendría sentido ni razón de ser.
  Recuerdo un día hace años, y ya estoy levantando demasiado polvo en mi desván, que se acercó Antonia a mi rincón y pidió un “doble DobleW”, un whisky que en la década de los 80 tenía una gran aceptación entre la parroquia, aunque sus esfuerzos por romper la hegemonía del DYC cayeron en vacío, aun así, he de reconocer que era un whisky honesto de aroma limpio y agradable, un híbrido de whiskises nacionales y escoceses, pues bien, Antonia no despistaba la vista del vaso mientras Toni le servía su “doble doble” y no contenta con ello, sacaba de su bolso una petaca con la que iba reponiendo el nivel según iba bebiendo.
  Antonia era entonces una chica delgada sin apenas formas y desgarbada, pero de carácter vivaz, tan despierto y alegre, que en ocasiones rallaba la locura, vestía de la firma “Ds'orden total” y parecía que la peinaba el mismo peluquero que a Camilo Sesto.
  Antonia era hija de un italiano que huyó del impuesto revolucionario que la camorra italiana infringía a los negocios en Caserta su ciudad natal, algo así como ETA en la vascongadas, llegó al Realejo y montó la Ortopedia Antonino, más conocida en el barrio como “La Chistera” porque entrabas con una pierna y salías con las dos.
   Desesperada por la falta de dueño, permítaseme la expresión señoras de morado, decidió darle un vuelco a su vida, pasó a vestirse en Hit Parade de la calle Moras y se cortaba el pelo y daba el tinte en Barrales Peluqueros, lo mas “Chic” de Granada en peluquerias unisex, pero no era suficiente, no había curvas peligrosas en su vida y las medidas tomadas no surtían efecto, su cuerpo era la carretera de La Mancha, una línea recta sin fin por delante y otra por detrás, hasta que un día, entró al almacén de la ortopedia de Antonino, su padre, y descubrió todo un mundo de posibilidades y soluciones...
   Aunque aquello, le iba a suponer el malintencionado apodo por parte de la parroquia de Antonia Dll'Átex, en referencia a su paisana, esa del papel cuché.
   El triunfo no se hizo esperar, aquella madrugada pasaba por allí Renato, un tipo de figura escueta, que tenía la asquerosa habilidad de escupir por una mella, por lo que Toni con buen criterio, le prohibió la entrada al Jaque durante un tiempo hasta que éste, le juró por su madre que había corregido el defecto.
   Renato, en realidad era Paco Reyes, el relojero de la esquina de la calle Damasqueros, era el encargado del mantenimiento del reloj del ayuntamiento, mantenía una dura lucha contra la “Enfermedad de Hércules”, es decir, era epiléptico como él, un día sufrió un severo ataque que según el Dr.Quevedo1, con los diagnósticos que le caracterizan, le produjo un estado convulsivo que le causó la muerte súbita (SUDEP), como quiera que sea la cosa, estando el padre Carmona administrando el óleo santo durante el oficio de la extremaunción, se le oía decir:
   -“Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu...”
   Cuando de pronto Paco pegó un salto en la cama como la niña del exorcista y el padre Carmona salió a la calle despavorido:
   -¡Milagro! ¡Milagro! ¡La unción ha traído la resurrección!, gritaba
  Fue a partir de ese momento cuando el dominico le impuso el sobrenombre de Renato, nombre de origen latino que significa “Nacido de nuevo” o “El Renacido”
   Aquella madrugada Renato, atraído por la belleza y las espectaculares curvas de Antonia, empleó toda su astucia y su arte en ligarla hasta que lo consiguió, tras acabar la segunda copa, le pidieron a Toni que llamase un taxi y se marcharon hechos un ovillo.
   Ella apagó la luz, era más romántico decía, hicieron el amor hasta el amanecer que cayeron rendidos.
   Con los primeros rayos de sol Renato se despertó y vio en el suelo, unas posaderas y un seno de látex por un lado y otro más allá, Antonia tenía más piezas que el reloj del ayuntamiento.
   La miró dormida, escupió por la mella y se dijo:
   -He vivido toda mi vida entre relojes porque no otro más...
   Antonia hizo olvidar sus carencias con una extraordinaria habilidad para hacer el amor, jamás se volvió a colocar ningún “complemento”, desde aquella noche dejó de ser Antonia Dell'Átex.
   Hay veces que Toni, si se lo propone, gasta menos luces que una patera y esa madrugada hizo gala de ello, le dio cuerda al picú del Jaque hasta que vomitó entera la canción de Emilio Aragón “Cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma”
   Moraleja: Ni es oro todo lo que reluce ni chatarra lo que no brilla
1Leer Rita y el Galeno

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