Mis crónicas son parte de mi, exteriorizan mis sentimientos, mis sensaciones, mis reflejos y mis pensamientos, son una terapia que compensa la vida diaria, ayudo a mis personajes y ellos me ayudan a mi, quizás sean fruto de mi necesidad...
Escribir
me ahorra ir al psicólogo, aunque leer a la mañana siguiente lo que
he escrito la noche anterior me devuelve a él, es un bucle vicioso.
Hoy
me he retrasado un poco, es la madrugada del domingo, el completo está asegurado en el Templo del Mauror, tanto más en tiempos de
confinamiento que las plazas de aforo como ya sabéis son muy
limitadas, Toni se afana en retirar rápido el paño blanco y negro
arlequinado con el Rey Blanco central marca de la casa y los vasos
que escurren sobre él, es una forma de guardar a salvo mi sitio
sagrado en la barra capitoné del Jaque.
Apenas
he saboreado el primer trago de la noche cuando se me acerca
Blancanieves, una histórica del Jaque de la que aún no se había
terciado hablar, se hace un hueco a empellones y se sienta junto a
mi.
Blanca
sale más de noche que el camión de la basura, es una mujer de armas
tomar, un personaje que responde ante cualquier situación arriesgada
de manera decidida y dispuesta, regenta el estanco del Realejo que
heredó de su padre mutilado de guerra en el bando Nacional claro
está, mi aprecio por ella viene por algún que otro escarceo amoroso
tiempo atrás y de cuando se decomisaba el tabaco Winston americano
de contrabando y se vendía a bajo precio en los estancos, era escaso
y sucedía en contadas ocasiones y ella nos lo guardaba en exclusiva
a Toni y a mi, lo de nieves le viene por su afición a practicar en
sus ratos libres el “snorting” con la cocaina, “ya
está Blanca hasta el culo de nieve”
decían cuando montaba una bronca, pues eso... de Blanca y de sus
nieves, Blacanieves.
Blanca
es una mujer de una belleza inusual, de rasgos duros y afilados pero
bien encajados en el conjunto de su perfil y acorde con su
personalidad y carácter, esa madrugada vestía una chaqueta
entallada azul marino y un pantalón Flare Denim Stretch a juego, de
la “Puri” (Purificación García que os tengo que aclarar todo)
que le otorgaba un tipazo increíble, el pelo muy estirado recogido
en un moño bajo que dejaba el rostro libre de dudas al personal, ven
si te atreves...
-Toni
ponte un Rob Roy drink bien equilibrado
Rob
Roy es un cóctel similar al Manhattan principalmente compuesto de
whisky escocés y vermút y equilibrado significa para Blanca largo
de lo primero y corto de lo segundo.
Un
amigo mío decía, que en una mujer las ganas de ligar van en
proporción de los botones que lleve desabrochados de la camisa, y
aquella noche Blancanieves dejaba ver tres dedos más abajo del
sujetador “Balconette” de seda y encaje rojo.
Pegó
un largo trago y dio un giro al taburete cruzando las piernas y
colocándose frente a mi me dijo:
-Solo...
-Ahora
soy poliamorosa que te parece?
-¿Eso
que es? le dije, ¿Una policía que da muchos besitos?
-Eso
es que los tíos ya no valen una peseta, aquellos polvos de antes no
volverán eh Solo? Pero se acabaron los coitos interruptus, si el
manso de mi marido no acaba bien la faena me voy en busca de otro que
la termine y en paz.
-
Con el poliamor tendrás unas experiencias que nunca has imaginado,
si, y unos hongos como champiñones. Le dije riendo.
-
Pues tú no vives en el celibato precisamente, atacó
-Yo
tengo un seguro a terceras Blanca
Se
acercó Toni me llenó el segundo Four Roses y nos ofreció un
Winston del águila que acepté al momento, un placer de dioses,
cuando le acercó el paquete a Blancanieves ella lo rehusó diciendo:
-No
gracias, eso son vicios menores, además, ya bastante tengo con la
pipa que me echa más humo que una falla, dijo partiéndose de
la risa.
Toni
marcándose una de las suyas le dio revoluciones a la noche pinchando
“Poliamor fiesta crack” de Leftover Crackver, “Si te
atreves a pensar que puedes amar a más de un amante...”
Barrabás
volvía al ajedrez del Jaque al cabo de unos años, casi los cinco y
un día que le clavó el juez Morgan por tráfico de sustancias y
alguna estafilla que otra , tardó una hora en entrar al ajedrez del
Jaque, daban las dos cuando Toni le abría el portón trasero y las
tres cuando llegó a la barra, era el cambio de hora de invierno a
verano, que más dará cambiar la hora si todo el mundo está
confinado en sus casas, me pregunto...
Barrabás
era en realidad un chorizo del tres al cuarto llamado Eugenio, su
vida la compartía entre el bar Romeral de la calle Santiago y la
Comisaría de la Plaza de los Campos por su amplio historial
delictivo, su sobrenombre le vino hace poco cuando estando en el
penal de Alahurín de la Torre cumpliendo condena, Jesús el Rico se
fijó en el para indultarlo, y recordando el
pasaje del Nuevo Testamento, al llegar al Realejo, el padre Carmona
lo bautizó y le clavó el apodo.
Antes
de servirle la copa Toni, en un alarde de los suyos, hizo girar bajo
la aguja del picú el Lp “¡Soltad a Barrabás!” de la banda que
creó Fernando Arbex tras la disolución de Los Brincos.
-Solo...
-Mi
santa es Paloma Gomez Borrero, me dijo Blancanieves, todas las
noches le rezo una plegaria, pero en cuestión de tíos prefiero uno
que salga de la cárcel a otro que salga de la iglesia, un hombre
bueno nunca deja huella
Aquella
madrugada Blancanieves hizo pagar al Barrabás del siglo XXI la
crucifixión que no cumplió por indulto su homólogo en tiempos de
Cristo, Jesús el Rico hizo justicia.
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