lunes, 2 de marzo de 2020

LAS MADRUGADAS DEL JAQUE... EL ASESINO EN SERIE


   Ya tengo una edad y reconozco que me bajo menos del taburete giratorio de mi rincón en la barra capitoné del Jaque que el “Joker” de presidente que tiene España de su Falcon 900B, pero ya que uno no elige donde nace, si escoge donde bebe y con quién quiere beber.

   Recuerdo cuando era un jovenzuelo y todo me salía bien, creía que tenía poderes, que todo era jauja, hasta que mi padre se apagó demasiado pronto y tomé conciencia de la muerte, aún veo la repisa del armario de baño “Romi” con su brocha de afeitar de puño de marfil y pelo de tejón silvertip o “punta de plata” junto a su cepillo de dientes y el bote de perborato sódico que le mantenía los piños blancos como si se los lavara con detergente Persil.

   Me hubiera jugado la vida a cara o cruz antes de perderle, estoy seguro que me hubiera dicho que escogía cara, que para cruz ya tenía bastante conmigo, que gran tipo era...
   En fin... Son las cosas “del pensar” que tiene ir caminando al Jaque después de tomarte unos churros y una copa de Machaquito Seco en el eterno Café Fútbol de la Plaza de la Mariana mientras ves como tu Madrid galopa a lomos de un Barça que pierde el liderato, como hubiera disfrutado mi padre...
   Un tropezón y un golpe seco en la espinilla me devolvió a la realidad, fue al girar la esquina de la calle Solares con el Callejón del Señor camino del Jaque, un tipejo siniestro con un extraño olor que me recordaba a alguien pero no acerté a reconocer al momento, con el cuello de la gabardina subido, gafas oscuras a pesar de ser de noche y un sombrero calado hasta las orejas, llevaba de la mano una bolsa térmica del Continente con algo extraño en su interior, dos cosas voluminosas que, a juzgar por el dolor que me produjo el golpe, se me antojaron dos bolas de bowling, el malnacido continuó su paso acelerado sin volverse a pedir una disculpa, así te pudras.
   Cuando llegué al Jaque a cojetá limpia desde el lobby se oían los acordes de “Ojala” un temazo de Silvio Rodriguez uno de los máximos exponentes de la Nueva Trova Cubana, Toni el camarero, hablaba distendidamente con la “Malecon” un souvenir exótico que se trajo el ex cónsul español en La Habana que al quedar preñada se le descolgaron las tetas y le creció el culo hasta límites insospechados, ella le dio su divina juventud esperando una vida digna fuera de su amada Cuba y él a cambio la repudió dejándola en el más absoluto desamparo, lo que la obligó a prostituirse, al verme entrar se acercó a mi y me dijo:
   -Solo...
   - Mi amor, tengo mucho llanto acumulado, estoy cansada de estar de hombre en hombre, no me puedo conformar con este modo de vida.
   - El conformismo es también una manera de vivir, le dije sin saber como salir del embrollo, sólo hay que buscarle el punto de humor a la vida.
   Me salvó la campana al entrar Leo uno de sus asiduos clientes, un tipejo de los bajos fondos otro desheredado de la vida, Leo era un experimento quirúrgico, de pie parecía una peonza y sentado la funda de una Derringer Remington, tenía la cara de un chino con Coronavirus nunca sabias si reía o lloraba, un malafollá con toda la cuerda da, pero me hizo un quite importante y se lo agradezco, a un gesto suyo la “Malecon” se enganchó de su brazo y se fueron muy amartelados.
“ Vámonos pa la pinga mi amorrrrr” cantaba ella, “Voy tumbandoooo” respondía él, la Malecon acababa de encontrar el desahogo que un punto de humor da a la vida.
   Toni a modo de despedida pinchó “Lagrimas Negras” de Compay Segundo, un Dios del Son cubano, “Contigo me voy mi santa aunque me cueste morir...”
   Sin prisas pero sin pausa, iba sucediendo la madrugada en el Jaque, revisaba mi dédalo de servilletas escritas cuando un profundo perfume me turbó unas décimas de segundo, hacía mucho tiempo que no veía a Estela pero su olor es inconfundible, Absolue D'Osmanthe de Perris es el culpable, un aroma sensual y duradero, un perfume para mujeres valientes y Estela lo es.
   Estela es aquella amiga de mi querida y siempre recordada Marga que me presentó un día de playa en Salobreña y se hizo cargo de sus niños mientras hacíamos el amor en su apartamento, aquella que aburrida de su marido y jefe, se lió con un policía que tampoco acababa de llenar su existencia.
   -Como estás Solo? cuanto tiempo sin vernos, me preguntó a la vez que me mordisqueaba el lóbulo del pabellón auricular.
   -De pronto en casa he recordado nuestros viernes en El Eritaña y en El Yesterday y me he dicho Estela ve y échale un ojo al viejo Solo que andará por el Jaque.
   Me contó su reciente separación y que a pesar de seguir aguantando al cornudo de su marido ahora sólo como jefe de la empresa, su vida había cambiado, había tomado otra dimensión y no se cerraba a muchas más.
   -Solo... me dijo, si dicen que somos lo que hemos vivido, borraría muchos pasajes de mi vida menos los vividos contigo, vayámonos, no le regales más tiempo al Jaque esta noche, prometo no chillar tanto como la última vez.
   Toni pinchó a “La Voz“ Fran Sinatra con “Strangers in the night” era el tema elegido para el inicio de una gran noche.
   Al día siguiente mientras Estela aún retozaba entre las sábanas de la habitación 210 del Hotel BS Príncipe Felipe, me desayuné con la crónica de sucesos del diario Granada Hoy , contaba que dos prostitutas habían aparecido decapitadas en el dormitorio de su piso del Callejón del Señor en el castizo barrio del Realejo, con la cruel salvedad de que habían desaparecido las dos cabezas del escenario del crimen.
   Mientras, el Inspector Dónovan de la Brigada de Homicidios se desesperaba por su atasco en las pesquisas de la cadena creciente de asesinatos en serie de mujeres en Granada, a mí me vino a la mente el tropezón en la esquina de la calle Solares con el Callejón del Señor y la bolsa con las dos bolas de Bowling, seguía sin reconocer al individuo pero si el extraño olor que desprendía, era sin duda a Formaldehido el liquido que el profesor Tim utiliza en sus clases de embalsamamiento en la Universidad de Granada, el mismo Tim que estuvo con la llorada Dora aquella fatídica noche en el Jaque.
   (Leer el relato “El beso de la muerte”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario