Hay quien dice que la gripe mata más y quien apuesta por lo contrario, en definitiva, cuando la gripe viene en busca de un indefenso, lo mata en una semana, si lo coge el dichoso Coronavirus lo matará en siete días, es como dilucidar si escupir el hígado por la boca es más o menos peligroso a que te amputen las piernas a la altura de las ingles por gangrena, el caso es que hemos empezado dos semanas después de los italianos y estoy seguro que gracias a nuestro desgobierno, los adelantamos sin poner el intermitente.
Esta tarde noche al salir de casa percibo la impropia sensación, como todo el mundo, de una Granada extraña como jamás la había vivido, es una Granada más limpia y despejada, no hay polución, no hay apenas ruidos en las calles principales, que decir de las adyacentes, cuando antes veías un bar vacío pasabas de largo ahora lo haces cuando está con cuatro gatos, nos miramos con recelo ¡ehhhhh no te acerques demasiado, no empecemos con pollas, vayamos a pollas ni pollas!
Ya no te atreves ni a restregar la cebolleta aprovechando un frenazo del LAC.
Ya no te atreves ni a restregar la cebolleta aprovechando un frenazo del LAC.
Es como si le hubieran hecho una radiografía a la ciudad, solo se le ven los huesos lo demás se ha perdido, es una ciudad fantasma, sólo le faltan las aulagas rodando por el asfalto de las calles impulsadas por el viento contaminado.
Sólo queda un reducto donde un minuto es una hora y una hora un día, donde el tiempo ha hecho una posta, donde la vida por ahora sigue siendo vida y ese es el Jaque, el Templo sagrado del Mauror...
“Endorfinas en la mente” del grupo malagueño Chambao y su “Flamenco chill” endulzan el aire tranquilo de la noche del Jaque, una melodía que se funde con el estado de ánimo de quien la escucha.
Me pesan los párpados por primera vez en mucho tiempo, no duermo bien preocupado por el estado de salud de Marga, la Reina blanca del Jaque, atrapada por una enfermedad dura y cobarde que no da la cara, Toni el camarero al verme las ventanas, sin preguntar pone el porta en la vieja Cimbali cargado de Lucifer's Roast (El tueste del Diablo) quizás, el café mas fuerte del mundo de granos Robusta nada de Arábica, acto seguido mi primer Four Roses de la noche y empiezo a calentar motores.
La falta de confianza del momento que atravesamos, está llamando a filas del Jaque a antiguos personajes que andaban perdidos en la noche de los tiempos, tal es el caso de Alba, que en realidad creo recordar que se llamaba Resurrección como el disco de los 091, pero se auto apodó Alba por ser un nombre más comercial y en aras a su procedencia albaceteña.
Alba era una mujer tan guapa como distante y dura de carácter , no era fácil abordarla, siempre elegante recogiendo su pelo castaño con peinados “Low rolled updo” dejando limpios sus escotes generosos en V tipo “Plunging” que se prestaban a adivinar dos pechos turgentes producto de una buena cirugía, pero el arte de la seducción es mucho más que un look, es cuestión de actitud decía.
Alba tenía doble personalidad, tanto es así, que se quejaba de que su psicoanalista le cobraba siempre el doble por cada sesión, en ella todo dependía de lo entrada que estaba la madrugada y del número de cóctel “Viejo amigo” una mezcla de Bourbon, Vermouth seco y Campari, que llevara encima, si la veías que se soltaba el pelo podías echarte a temblar, una madrugada se acercó a mi y me dijo:
-Solo...
-Un hombre no es una necesidad es un lujo, las mujeres no necesitamos un hombre ni un hijo para estar realizadas, me llevó mucho tiempo entender que siendo soltera se puede ser feliz, continuó diciendo.
-Solo... tu crees en un amor para toda la vida?
-Para toda la vida de otros si, para toda mi vida no, le contesté
-Solo...necesito alguien que me ponga esta noche los tacones mirando al cielo, dijo soltándose el pelo... al tiempo que pidió otro “Viejo amigo”.
Toni antes de servirle el cóctel pinchó y dejó dar varias vueltas el grafito de King of Leon en el tema “Sex on fire” tu sexo está que arde.
Yo andaba ya salivando cuando entró por los batientes del Jaque Ivan, otro que andaba pedido, otra oveja que volvía al redil aunque este no fue precisamente aplaudido al entrar pero a Alba le gustan las emociones fuertes y no le queda un agujero por el que le entre apretada, ni dijo hola al llegar ni adiós cuando se fue a por él, hay cosas que duelen como si te caparan, pero uno ya va notando sus limitaciones que se le va hacer.
Ivan apodado “El terrible” como no podía ser de otra manera, hacía tiempo que había puesto su alma en venta, llevaba tatuado en el brazo con letras góticas “Memento mori”, recuerda que morirás, frase que viene a representar la fugacidad de la vida, era un tipo joven y fuerte y se las daba de ser fiel practicante del Slow sex vamos, que controlaba a la perfección el sexo pausado, a fuego lento, se proclamaba como el camino a la felicidad sexual, que hijoputa menudo fantasma, así te de una lepra puntual y al sacudirla después de mear se te caiga el prepucio en la taza del water, nos ha jodido, no quiero que entendáis que estoy que muerdo eh?
Pidió un Ron Rivers Antoine Royal Grenadian con sorna como intentando sorprender a Toni el camarero y ahí firmó su sentencia sexual esa madrugada, primero le contestó si el caballero prefería el de 69º o el de 75º con lo que le secó la sonrisa burlona y después... este Toni !Ay Señor¡ despues...
Iván y Alba se marcharon tras tomar dos o tres copas más, Alba iba ya, que la pantera que guardaba en su ropa interior daba unos rugidos que se oían en el Campo del Príncipe, pero aquella noche el felino se tendría que conformar con un pitraco porque Iván “El Terrible” disparó con balas de paja y dio el gatillazo del siglo.
Mientras en el Jaque, Toni el camarero pinchaba en su picú “Better than revenge” de Taylor Swift es hora de un poco de venganza, mientras guardaba a buen recaudo en la rebotica del Jaque un frasco de Bromuro de clidinio, un compuesto que elimina por completo el deseo sexual, y deja al individuo en una especie de “Fisicum castrationem” una castración física temporal, son las cosas de haber coincidido conmigo en el Tercio de Levante de la gloriosa Infantería de Marina donde le echábamos al vino para que los reclutas se mantuvieran “tranquilos” en paz con sus sentidos.
El último brindis ya a puerta cerrada de la madrugada fue por el Slow sex de Iván “El Terrible” el camino a la felicidad sexual y por la pantera de Alba y sus tacones que no llegaron a mirar al cielo...
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