miércoles, 25 de marzo de 2020

MADRUGADAS DEL JAQUE...PSICOSIS



   Rara vez cambio el itinerario desde casa al Jaque, aquella noche tampoco lo hice, cuando desperté estaba tendido en el suelo con un terrible dolor de cabeza, un olor que no acababa de identificar, penetrante dulzón y cítrico, se desprendía de los cuellos de mi camisa y de mi Blazer azul marino de “Alfonso Potinguez”, me sentía más desorientado que un gitano vestido de Guardia Civil, no era capaz de recordar que había pasado minutos o quizás horas antes, me senté apoyado en la pared intentando recobrar el sentido y la calma cuando reconocí el lugar a pesar de la oscuridad, era el Cobertizo de Santo Domingo, un lugar de poco tránsito a esa horas en la vida normal, que decir ahora en tiempos de confinamiento, podía haber muerto seis veces antes de que me hubieran descubierto.
   Cuando llegué al Jaque apenas tenía fuerzas para golpear el aldabón del portón trasero, entrada que se utiliza en tiempos de clandestinidad por el estado de alarma, Toni, al identificarme a través de la pequeña portezuela, se apresuró a abrir colocando mi brazo abrazando su cuello y asido a mi cintura me llevó en volandas hasta mi rincón.
   -Te preparo un café? ¿Que te ha pasado?
   -No gracias querido Toni, no necesito más estimulantes por esta noche, ponte un Four Roses largo con tres peces de hielo...
   Toni es la Santísima Trinidad, un ser único que existe en mi vida como tres personas, mi amigo mi confidente y mi padre, me sirvió el analgésico de las rosas y visiblemente encabronado pinchó en el picú “Till l Collapse” un tema del rapero estadounidense Eminem que dice algo así como...Cuando te sientes débil, te sientes como si quisieras abandonar.
Pero tienes que buscar dentro de ti, tienes que encontrar esa fuerza interior”
   Tres tristes tragos después, fui recuperando mi cuerpo y mi alma, fue cuando hice inventario de mis posesiones y comprobé que tenía mi cartera intacta junto a mi pitillera Tenflyer de piel marrón, el mechero a juego y el celular que diría mi personaje Fidel del que ya os hablaré otro día que tenga los muebles de mi cabeza en orden, solo faltaban mis servilletas escritas que siempre van repartidas anárquicamente por todos mis bolsillos y una pequeña libreta de muelle que siempre me acompaña para sustituir mi mala memoria.
   El móvil del asalto pues, no había sido el robo, la confusión era la reina del lugar, no daba crédito a lo que estaba pasando, quizás era victima de mis propios relatos?
   A quien podía interesarle un puñado de servilletas con notas escritas...
  Con el aturdimiento no había reparado en la gente que hoy poblaba el patio ajedrezado del Jaque, la barra capitoné estaba casi al completo del aforo establecido por Toni el camarero para tiempos de clandestinidad osea diez mas él y yo doce1, podía reconocer a varios de los personajes por ser de los asiduos, Charlie “el Manso” marido de Marga, y su inseparable amigo Mácin “El Minotauro” a su vez marido de la zorrona Alma, ellos solos reunían más cuernos que seis ferias de San Isidro juntas, también andaba por allí Iván “El terrible” rey del gatillazo o Antón el profesor de música con su característico charco de aceite a su pies por decir algunos, mis lectores incondicionales saben a quienes me refiero, al fondo de la barra en la zona de más penumbra un tipo con sombrero y gabardina se tomaba la copa de espaldas a la galería...
   Sonaron los golpes de aldaba y Toni franqueó el portón de entrada al Jaque a María Magdalena, con ella nunca llega la calma la tempestad es eterna.
   María Magdalena, como ya os estaréis haciendo a la idea no era tal, en realidad era María Jesús, Chus para los íntimos, una chica del barrio de la Antequeruela casada con el encargado de seguridad del Corte Inglés del que se descuida un par de veces al mes por salud mental, el adulterio era su talón de Aquiles vivir sin pecado no estaba en su hoja de ruta, un día el Padre Carmona Prior de los Dominicos del Realejo al tanto de sus correrías, la hizo subir al atrio durante la misa del domingo a la que asistían todas las beatas del barrio y para su vergüenza le hizo leer una carta de no se que apóstol en la que se daba buena cuenta de la adúltera y pecadora María Magdalena cuando en casa de Simón el fariseo, ungió los pies de Jesús con sus lágrimas, a partir de ahí salió bautizada con el apodo.
  Toni puso el picú a girar con el álbum del tristemente desaparecido Camilo Sesto (Jesús), con Ángela Carrasco (María Magdalena), en su musical Jesucristo Superstar, magistral, este Toni no tiene desperdicio...
   María era pequeñita pero vivía sobre unos tacones stiletto rojos desde los que divisaba Granada entera con dos ojos verdes que en época de la “caza de brujas” le hubieran supuesto la hoguera, aquella madrugada se acercó a mi rincón pidió una de sus debilidades, un tequila Sierra Silver que posee la nada despreciable cantidad de 75º de alcohol, “la piedra que muerde” le llaman en Mexico, lamió con un latigazo de su sonrosada lengua el hueco entre sus dedos indice y pulgar para adherir la sal que después chupó, de un trago liquidó el tequila y mordió el limón y me dijo:
   -Solo...
   -Dime Chus, le dije rechinando con dentera después de ver el ritual del tequila...
   -Se que te mueres por acostarte conmigo
   -Que te hace pensar eso Chus? Le dije con una sonrisa socarrona
   -Ya sabes...las mujeres tenemos un “sexo sentido” dijo guiñando uno de sus dos diópsidos ojos
  -Hoy me voy pronto estoy muy controlada, pero no creas que he olvidado aquella cuenta pendiente que tenemos desde Sierra Nevada ya te pagaré un día con todo mi amor.
  -Me han pagado algunas veces con mucho, pero nunca con todo el amor, será interesante cobrarte la deuda...le dije a modo de despedida
   Toni el camarero actúa por impulsos, aquella madrugada no acababa de verlo claro, mi percance lo tenía en vilo.
   Por otro lado, un olor extraño en el ambiente en cierto sector de la barra lo tenía desconcertado, hasta que hacía unos minutos desapareció coincidiendo con la marcha del tipo de barbas con gabardina y sombrero que estaba en el extremo de más penumbra de la barra, no paraba de darle vueltas hasta que cayó en que ese mismo olor, penetrante dulzón y cítrico, lo percibió también al ayudarme a llegar a mi rincón en la barra cuando entré mareado al Jaque.
   Por instinto pinchó en el picú un viejo Lp de éxitos cinematográficos, el primer tema que sonó fue “Psycho The Murder” un corto musical que Bernard Herrmann compuso para la escena del baño en la película Psicosis, un breve pero amenazador tema que transmitía al espectador, de alguna manera, que “algo malo iba a suceder”
   A la mañana siguiente un vigilante de seguridad de la Alhambra antiguo compañero del marido de Chus, encontró el pequeño cadáver de María Magdalena que presentaba un corte limpio en la garganta, en las inmediaciones de la Silla del Moro, el Inspector Donovan de la Brigada de Homicidios revisaba el cuerpo en busca de elementos que aclararan el móvil del asesinato, todo estaba limpio solo notó un olor peculiar en su ropa, algo penetrante dulzón y cítrico, eso lo tenía claro era cloroformo.
   El forense encontró dentro de su boca al examinar la dentadura del cadáver un trozo de servilleta de bar con algo ininteligible escrito en ella.
  Tim2 el profesor de la Ugr se duchaba en casa a altas horas de la madrugada, de fondo oía la televisión, un canal de pacotilla daba Psicosis de Alfred Hitchcock sonaron las cuchilladas musicales de Bernard Hermann...


1Leer “Disparo caliente”
2Leer “Asesino en serie”

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