sábado, 14 de marzo de 2020

MADRUGADAS DEL JAQUE...LA VENGANZA


   Es imposible que mis crónicas no hagan alusión al Coronavirus si no es a la entrada será a la salida, estamos viviendo una situación excepcional que nadie, ni los más viejos recuerdan desde la Guerra Civil española, hay comparaciones que vaya tela, no hay editorial, ni columnista, ni tertuliano, que aunque hable de las pirámides de Egipto no meta una coletilla del puto virus.
   Cada día, desde que empezó la crisis sanitaria, el Jaque abre con el tema que se ha proclamado como la banda sonora de la lucha contra el virus, quien le iba a decir a “los dinámicos” que ésta generación de Rap y música tecno se iba a rendir a sus pies...
   Suena “Resistiré” cantan Manuel de la Calva y Ramón Arcusa.
 El Jaque en estos tiempos revueltos es una fuente inagotable de sorpresas que se van sucediendo una tras otra sin fin, personajes de épocas tan turbias como gloriosas vuelven llamados por el misterio del ajedrez y por las restricciones claro està, algunos fueron víctimas del jaque mate, otros dejaron la partida sin terminar y vuelven a reanudarla, es el caso de “La Seca” que acaba de hacer acto de presencia en el Templo del Mauror.
   La Seca, en realidad era Carmela ex sirvienta de una familia de rancio abolengo del barrio del Realejo, cuyo nombre omito por prudencia, pero que tuvo una fuerte relación con la Universidad de Granada, ahí queda.
   Cometió el error de liarse con el señor de la casa y se vio como titular de la mansión situada en la calle Luis Seco de Lucena, pero el miedo a ser descubierto ante una sociedad añeja y gurripata, hizo que el amante la despidiera aseguràndole, eso si, una pensión vitalicia nada desdeñable a cambio de su silencio o la perdería “ipso facto”.
  De ahí le vino el apodo de “La Seca” , que cada uno saque sus conclusiones, aunque también hay quien dice, que el mote le viene por lo mala que es, haciendo referencia a la “seca” un furúnculo doloroso que acumula pus y que suele salir en las ingles o en las axilas, también conocido como “golondrino”.
  Se sentó a la barra muy cerca de mi posición, iba con un vestido al cuerpo de Victorio&Lucchino, una segunda piel en negro con mínimos detalles en rojo y zapatos carmesí de tacón Kitten Heels para no exagerar su ya de por si gran altura, era tan espigada como siniestra.
  Pidió un “Mint Julep” un cóctel cuyo principal componente es el Bourbon, cosa que obviamente no me desagradaría si no lo estropearan posteriormente con una mierda de azúcar glass y unas hojas de menta putrefacta, que horror.
  La Seca tenía la vida solventada no necesitaba dinero, estaba cubierta de todo, bueno... precisamente cubierta no estaba, y no hay peor enemiga para un hombre que una mujer despechada y falta de amor, ella solo encontraba consuelo en la venganza y para consumarla se convirtió en una prostituta silente, fuera de circuito.
  Aquella noche estaba algo inquieta, el confinamiento la estaba haciendo perder la poca razón que le quedaba, sacó su pitillera automática Focus y pulsó el clic, un pitillo Peter Stuyvesant Silver asomó como por arte de magia, se lo colocó en los labios manchando al instante la boquilla de púrpura y me pidió fuego al tiempo que dijo:
  -Solo...
  -¿Tú crees en la venganza?
  -La sed de venganza acaba por envenenarnos, es complicado pensar con sensatez cuando estás embargado de odio, la venganza se tutea con el crimen.-Le respondí
   - Y en la muerte ¿crees en la muerte? Volvió a preguntar
   -La muerte, solo es una mala calidad de vida.- Dije
   -Y del amor que opinas?
 -Opino que ya son demasiadas preguntas para una misma noche, bebamos... dije tomando mi Four Roses y dando un largo trago.
  Se giró y me dio la espalda contrariada y visiblemente enfurecida, pero al movimiento giratorio del taburete se percató de que al fondo de la barra un tipo estaba pendiente de la conversación y se mofaba de su reacción.
  Se armó de paciencia y pensó que bebiendo como un cosaco, el tipo en cuestión no tardaría en acudir al baño situado en el sótano del Jaque, y tal como lo pensó pasó, se puso en pie se tiró del escote redondo hacia abajo y se fue al baño detrás de él contoneándose como una serpiente cascabel, se cruzaron en la escalera y ella le guiño un ojo al tiempo que le cogió la entrepierna, el tipo se lanzó a ella pero le puso una mano en el pecho frenando su ímpetu en seco y le dijo:
  -Este no es el lugar, espera arriba la señal
  Se trataba de José un pobre camarero conocido del Bar Sota que presa del confinamiento echaba de menos las copas de la noche y Toni le hizo el favor de abrirle el portón trasero del Jaque, ya se sabe, por aquello del corporativismo.
  La Seca abrió su bolso “Banana” de Bimba y Lola rojo apartó el fino puñal y sacó el monedero, pagó y se marchó dejando caer al paso de José una servilleta doblada.
  José se agachó con disimulo y cogió la servilleta la abrió y vio el perfil de  unos labios marcados con carmín púrpura y un mensaje escrito que decía:
  -Después de 15 minutos sal, te espero en mi coche dos calles más abajo.
  José cumplió las instrucciones al pie de la letra mientras pensaba en el triunfo de aquella madrugada, pero hay veces que el éxito va acompañado de la ruina...
  El confinamiento hizo que el cadáver pasara desapercibido hasta tres días después tirado en el solar de la antigua Casa Cuartel de las Palmas en la cuesta de Escoriaza con un estilete clavado en la espalda que le travesó el corazón.
  Toni el camarero, desesperado, no encontró tema alguno que hiciera alusión a La Seca y pinchó para cerrar el Jaque aquella madrugada “Flaca” de Andrés Calamaro, Flaca, no me claves tus puñales por mi espalda... 
   Cantaba Andrés...

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