Para
estas ocasiones en que se perfila alguna copa gratis, se dan cita la
mayoría de los clientes, por tanto el pub estaba atestado cuando
dieron las 00.00h del viernes 24 de enero de 2020, sonaba Happy
Birthday to you de Bruce Springsteen
Había
gente que llevaba años sin ver, tal era el caso de Mirta, me
sorprendió agradablemente su asistencia, Mirta aunque había
sobrepasado los cincuenta, lo que yo llamo la “Edad Media”, era
una mujer muy bella y con una magnífica “puesta a punto”, que
diría Fons mi mecánico personal, yo le llevaba dieciocho años...
Un
día se fue a hacer las américas con un boludo argentino que conoció
en el Pub Jaque, tenía un cortijo en La Pampa en el que jamás se
ponía el sol, allí vivió a cuerpo de reina hasta que el putañero
“bacán” de veinte años más que ella, contrajo una sífilis que
le producía chancros en el pene en los que podía introducir el dedo
gordo de su mano, al poco sufrió una angina de pecho y exhaló su
último suspiro.
Repudiada
por los hijastros, pero con las espaldas cubiertas, hizo las maletas
y cruzó el charco de regreso a su tierra natal.
Recuerdo
que una madrugada hace años, se acercó a mi rincón en el Jaque y
me dijo:
-Solo...
-Quiero
que escribas mi vida por entregas … seguidamente me besó, me
gustaban sus besos porque sabían a ginebra, la gallina le estaba
abriendo las puertas de la jaula al zorro...
...Marga
no apareció en toda la noche, y es posible que no vuelva a aparecer,
si es así, siempre le dedicaré la copa de la una de la madrugada,
una cosa así como el homenaje en el minuto 16 que la afición
palangana rinde a la memoria de Antonio Puerta en cada partido, ella
se lo merece, irán en honor a los placeres rendidos a este cuerpo
que ahora escribe y que siempre la echará de menos.
Recuerdo
la última vez que nos vimos, lo nuestro ya amenazaba ruina, pensé
que al menos el último día sería inolvidable, pero ella tenía un
despertador entre las piernas.
Aquella tarde aprovechó para demoler lo nuestro con una indiferencia inolvidable, fue un polvo frío, ante notario, para certificar el fin de nuestra historia, ni siquiera encendió el habitual Piper de después de ...
Aquella tarde aprovechó para demoler lo nuestro con una indiferencia inolvidable, fue un polvo frío, ante notario, para certificar el fin de nuestra historia, ni siquiera encendió el habitual Piper de después de ...
Sonaba
“R.E.M” de Everybody hurts rasgando el aire que respiraba.
Mirta
andaba de caza, sacó a bailar a un individuo con el cráneo hundido
entre los hombros que a duras penas levantaba metro y medio del suelo
apresándolo sobre su sudada pechera, pero solo era un señuelo, su
verdadera presa estaba en la barra, la miraba dando pequeños sorbos
a su Highland park, había puesto el ojo en Toto Costello...
Toto
era un napolitano que pensaba que la camorra se extendía desde el
infierno de Scampia barrio periférico de Nápoles donde nació
hasta el Jaque, había tenido problemas con la ley por drogas en
varias ocasiones y estaba pendiente de juicio por un asunto de malos
tratos, la joya de la corona del Jaque vamos.
Toni,
el camarero, se escurría entre su pellejo cada vez que este elemento
se dejaba caer por el pub porque aún sin hacer nada, ya sembraba el
pánico, agradeció el momento en que Mirta lo sacó de su brazo,
aquello le costaría un mes sin volver al Jaque hasta que no quedaron
restos en su cara del trato que le infligió el mafioso aquella
madrugada.
El
reloj había superado ampliamente las cuatro de la mañana, Toni, el
camarero, se acercó pasándose el reverso de una mano por la frente
para enjugar las perlas de sudor que caían por ella, en la otra mano
la botella de Four Roses, sacó un vaso de debajo de la barra y se
sirvió un generoso chorreón e hizo lo propio conmigo, brindamos por
la marcha de Toto Costello.
Fue
la última copa de los cincuenta años del Pub Jaque, sonaba la banda
sonora de Los Intocables de Ennio Morricone...
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