La
vida nocturna no es fácil, hay que estar en forma para trasnochar,
pero al menos en el Jaque, nunca te sientes esclavo de la rutina.
Me
dicen que cada vez soy más tosco y solitario, pero es que los amigos
de los bares, te los arranca una simple analítica con los niveles
altos, mil amigos de bar no son nada.
Podría
escribir sobre el rielar de la luna en el mar o del unicornio azul,
lo fácil es publicar sobre romanticismos casposos, pero yo escribo
de la gente, de un líder de una banda o de una prostituta que lucha
por su libertad, de necesitados y de sobrados, y entiendo que la
ficción es un derivado de la realidad, en el Jaque la ficción y la
realidad siempre... van de la mano.
Por
cierto... las notas de “Unicornio azul” de Silvio Rodríguez
empezaban a flotar en el aire, este Toni...
Una
madrugada al cierre me dijo Toni, el camarero:
-Solo...
-
Un día te darán el Goya al mejor guión o el Cervantes de las
letras
-Un
día Toni... saldré de aquí con los pies por delante, le
contesté...
...La
vida para ella era una contrarreloj, en vez de la lista de la compra,
el imán de su frigorífico sujetaba una guía de remedios contra la
resaca, no se preguntaba a la mañana siguiente al mirarse al espejo,
con quién había dormido la noche anterior, todo le daba ya igual,
así era Lena, una sevillana que a pesar de las bofetadas de chulos y
de la vida, aún guardaba recuerdos de una belleza perdida.
La
conocí un día en la antigua estación de autobuses de Alsina
Graells hace muchos años, entre nosotros había y hay una gran
brecha generacional, pero ese día coincidimos en algún deseo...
Anoche,
estaba sentada en una mesa reposando sobre el respaldo aterciopelado,
tenía la vista perdida, quizás, en la bola de espejos del salón
principal que giraba como una rueda de plegarias tibetana, desde el
Jaque no se ve la calle, su situación se lo impide, es amplio pero
apenas tiene fachada...
...Hace
unos días me llamó Marga presa de una galopante crisis de ansiedad,
cuando llegué a su casa estaba en su alcoba, no me atreví a
encender un cigarrillo hubiera sido un suicidio dado el alto olor a
alcohol que se respiraba en el ambiente.
Tenía
el humor de una serpiente de cascabel, le ofrecí la cafetera y como
respuesta se levantó y se sirvió dos dedos de whisky.
Los
tirantes del body colgaban perezosos bajo sus hombros, dos razones
poderosas impedían que la prenda rodase cuerpo abajo, una traviesa
melena rubia ocultaba su mala cabeza y sus otrora preciosos ojos
verdes parecían un mar de sargazos.
Dio
un largo trago se giró sobre sus talones y me dijo:
-Solo...
-Nunca
escribas la palabra amante con mayúsculas y luces de neón, a veces
no es tan grande ni tan reluciente...
Voy
a dar un golpe de estado en otro corazón, estoy harta del te quiero
cuando me acuerdo, del te echo de menos pero me cansas, del si pero
no y del no pero si, del vete pero sin dejarme del todo.
Dime
que hacer cuando el “ni contigo ni si ti” asome, cuando te amen a
ralentí.
-Solo...
Estoy
cansada del “¡Hago chas! Y aparezco a tu lado”
La
magia del Jaque me leyó la mente, o más bien el cotilla de Toni, el
camarero, leyó mis notas no sé que fue, pero de repente sonó
“¡Chas! Y aparezco a su lado” de Supersubmarina...
...Lena
no tenía ya salida, la madrugada se le escurría entre los dedos
cuando se levantó y se dirigió a mi rincón y me dijo:
-Solo...
-Me
alegra verte, ¿como andas de amor?
-Hola
Lena, no ando, me coges en mal momento, estoy plantado como un pino.
Lena,
era dulzona y exótica como la Ginebra 1980 Premium, los malos años
pasados habían cincelado su rostro que ahora tenía un aire
abstracto, picasiano diría yo, se le escaparon un par de lagrimas,
algo me recordó a Chavela Vargas, reía llorando...
Esa
noche no pude cerrar el Jaque, la brecha generacional entre Lena y yo
volvió a funcionar, cuando salimos, dejamos atrás los acordes de
“Mi gran noche” de Raphael, es que este Toni no tiene arreglo...
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