Tras una resaca siempre me sale la crónica mas negra de lo habitual, ayer fue una madrugada intensa y la vida nocturna tiene un precio que hay que pagar sin remedio, unos rinden cuentas perdiendo sus vísceras alcoholizadas, otros sacrificando o vendiendo sentimientos y la mayoría con ambas cosas...
Mis dos prioridades para esta noche son poner orden en mi hígado primero y en la baraja de servilletas escritas anoche después.
Toni mi camarero de cabecera, me prepara una tisana digestiva con hierbas que guarda en la rebotica del Jaque para estas ocasiones de urgencia, mientras, apuesta por el relax pinchando “Chariots of fire” tema que compuso el griego Angelis para la gran película Carros de fuego.
...Nany acababa de entrar al Jaque, no la veía desde la toma de Teruel, pidió un café vienés, se acercó me dio dos besos, y a modo de saludo me dijo muy bajito al oído:
-Solo...abróchate la bragueta o no respondo de mi reputación.
Era una broma, al verme alarmado buscar la cremallera se meaba de la risa.
Nany era la mujer con la que cualquiera puede soñar, hubo un tiempo, hace muchos años, que trabajó para la Paramount Network España, era bellísima y hacía papeles muy atrevidos, recuerdo que me masturbaba solo con verla en las carteleras de los cines, pero su carrera de actriz no llegaba a fin de mes y optó por casarse con un productor que le costeaba todos sus caprichos.
Era un tipejo ridículo y redondo como el disco sorpresa de Fundador, a los tres años estaba hastiada, decía que salir con él, era como sacar a pasear el hámster....
-¿Sabes una cosa Solo? Siguió susurrando
Después del patinazo de la cremallera levanté la cabeza de mis notas con el mismo recelo que una cría de impala observada por una leona en el Serengeti tanzano.
-Hubo un tiempo que estuve locamente enamorada de ti, ha llegado la hora de que lo sepas. Su voz sonaba tan sensual como el saxo de Charlie Parker.
No había sufrido una sorpresa mayor desde que Mike Tyson besó la lona a puños de Buster Douglas hace treinta años, no podía articular palabra alguna..
-Esta noche voy a por ti por lo civil o por lo criminal, sentenció con sus labios “Gloss” tono rojo cereza que iban perfectos a su cabello negro y su piel dorada...
Me guiño un ojo y se marchó al encuentro de Ulla su amiga de toda la vida que hacía acto de presencia en ese mismo instante en la antesala del Jaque, solo pude reaccionar para pedir mi primer Four Roses de la noche.
“Love me like you do” tema que la británica Ellie Goulding compuso para la película “Cincuenta sombras de Grey” calentaba el aire a marchas forzadas, Nany y Ulla al oírla reían a hurtadillas y cruzaban miradas de complicidad con Toni el camarero.
La noche se quebró, no todo iban a ser rosas esa madrugada del Jaque, Toni me lanzó una mirada de alarma cuando vio entrar al siguiente personaje...
La muerte y él se tuteaban, la última vez que ingresó en Sevilla II, la cárcel más peligrosa de España, llevaba de la mano una bolsa isotérmica del Mercadona, en ella cogían todos sus sentimientos, sus recuerdos y pertenencias, era Nelson, un mafioso originario de las favelas de Río de Janeiro afincado en Marbella arruinado y condenado a muerte por los que un día fueron sus propios gregarios a sueldo.
Se acercó a la barra y pidió una Naked Gin “Uncut”, una ginebra que comercializa la destilería Twin Rivers, de cuyo contenido el 77% es alcohol, tanto es así que el propio fabricante advierte; que “beber un pelín ya es demasiado”, en Canadá la retiraron del mercado por no ser apta para el consumo humano.
Era noche de sorpresas, unas más gratas que otras claro, Nelson tomó su copa y se dirigió a mi diciendo:
-Solo...
-Tengo varias muertes a mi cargo de las que no pienso hacer examen de conciencia, lo único que me alivia el dolor del alma es la ginebra.
-Para que gente de mi raza superviva debe tener un depredador, continuó diciendo... y ese intento ser yo.
Nelson, hubiera preferido morir entre una balacera, pero murió atado a una cama victima de la ginebra y de un cáncer de páncreas hermano, es la única vez que he visto un cáncer justo...
“La balada del diablo y la muerte” de La Renga, banda del barrio porteño de Mataderos en Buenos Aires puso fin a la madrugada del Jaque.
Nany y Ulla se cansaron de esperar y se despidieron a la francesa.
Marga sigue sin aparecer, no puede tirar de la mochila de sus fracasos y me culpa a mi, por cada pregunta quiere tres repuestas, pero su espíritu sigue presente en el Jaque...
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