El Jaque es como un coso taurino, en él se vive la grandeza, la nobleza, la fiesta y la tragedia, todos los ingredientes para una gran novela, es la liturgia del Jaque en la que convergen matones y fulleros con maridos engañados y mujeres insatisfechas, la verdad y la mentira, la certeza y la duda, la vida y la muerte que siempre es inoportuna y puntual, así que...cualquier madrugada es buena para cogerle el culo a la vida y ponerle los cuernos a la muerte.
Era medianoche cuando Evi llegó al Jaque, había discutido con el mayor error de su vida, su marido, un mileurista que no tenía donde caerse muerto, un tipo vulgar que borracho la despreciaba e insultaba escudándose tras serias sospechas de una infidelidad quizás merecida, estaba harto de compartirla con los amigos, decía.
Evi era una mujer tan bella como inflamable, se comía los amantes de dos en dos, los cazaba a lazo, le gustaba beber de las fuentes del placer y la lujuria, ella se había creado a si misma era su mejor obra, pero cometió un gran error, se casó, aunque ese fue solo uno de sus grandes fracasos, ese tenía arreglo los demás no, siempre estaba a las puertas de un eterno divorcio que nunca se consumaba, en realidad, ni ella misma sabía si lo quería, solo necesitaba libertad de acción, un marido que se dejara engañar, un manso que le jodió la vida cuando se hizo la vasectomía obligándola a tomar mil precauciones en la calle, le gustaba jugar a la ruleta rusa, las sábanas de su dormitorio olían en un lateral de la cama a su marido y en el otro a su amante, mientras hacía el amor con el primero le llegaba el aroma del segundo, eso le daba un plus canalla al orgasmo que la volvía loca.
El picú del Jaque empezaba a escupir las notas de “Where did you sleep last night” un tema con el que Nirvana pregunta a su chica donde había dormido esa noche, “No hay nada peor que compartir el mismo techo con una mujer que sale a hurtadillas para verse con otro hombre”, decía...
Apenas nos separaban cincuenta centímetros, Evi esa noche llevaba un sombrero tipo Borsalino un modelo muy femenino que sabiendo combinarlo, como sólo ella lo sabe hacer, va bien con cualquier look, sus ojos lucían como dos antorchas verdes en la penumbra que le proporcionaba el ala del sombrero dándole un halo de misterio, me ofreció un cigarrillo, yo a cambio la invité a una copa, pidió una Snake Venon.
La Snake Venon pasa por ser la cerveza mas fuerte del mundo se la conoce como “Veneno de serpiente” le dio un largo trago, retiró la espuma de sus labios con un magistral movimiento de su lengua y me dijo:
-Solo...
-Casarme fue mi gran error, tardé poco en darme cuenta que ese día se cortaron de raíz todas mis pretensiones en esta vida, el día que me casé empecé a pensar en separarme, juraría que aquella mañana el cura dijo “Hasta que la boda os separe”
Seguidamente hizo un cruce de piernas al más puro estilo de Sharon Stone a la que da un aire y continuó diciendo:
-Solo, estar casada y ser prostituta no es tan diferente una vez que te conviertes en la propiedad de la otra persona, y cuando esa persona es como mi marido, la vida deja de tener sentido...
-Pero yo no soy como Alma no tengo ningún desorden, no soy una ninfa Solo, yo escojo con quien, cuando y donde hago el amor y esta noche si tú quieres yo también quiero
Toni el camarero, mi gran aliado de las madrugadas pinchó la banda sonora de “Basic instinct” (Instinto básico) que compuso el gran Jerry Goldsmith para una pelicula en la que el amor y la muerte juegan al gato y el ratón.
Aquella noche el Hotel Granada Palace fue el escenario perfecto de nuestra película, Evi cerró la puerta de la habitación tras de sí, sonó como un golpe de claqueta, empezó la acción y se realizaron con éxito todas las escenas de amor posibles entre un hombre y una mujer, esta vez no estaba Toni el camarero del Jaque, la banda sonora la puso el borboteo de los chorros de agua del jacuzzi, dentro del cual me vino a la cabeza la secuencia del magistral movimiento de lengua de Evi apartando de sus labios la espuma de la Snake Venon, solo que en esta ocasión la espuma era de sal de baño y alguna otra cosa más, esta vez me dijo:
-Solo...
-Imaginar las cosas con placer mejoran la vida y me aclaran el camino de lo que busco, de lo que necesito...
Mereció la pena no cerrar el Jaque aquella madrugada
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