La
semana viene de nalgas, ayer Verónica Porqué y hoy Francisco Franco
y veremos, porque la noche acaba de empezar y el Jaque estira lo que
no hay en los escritos...
Francisco
Caballeiro Fariñas era un gallego nieto de un miembro fundador de la
Delegación Nacional de Excombatientes en El Ferrol del Caudillo
-donde por cierto tuve el dudoso honor de servir a la Patria- hijo
a su vez de un conocido falangista de la Plaza de los Campos que no
menciono por decoro pero que tiene un negocio de fotografía, ahí lo
dejo, un eterno pasante de notaría, un tipo agrio, ridículo, bajito
medio calvo, con voz de pito y algo amanerado que lucía un bigotillo
estrecho y recto como una ceja desplumada entre la nariz y la boca,
Carmela su mujer, era conocida en
el barrio como «Carmen
la malfollá»
por
la cara de asco que siempre lucía y porque parece ser que a Paco los
asuntos de alcoba le daban repelús,
se comentaba en los mentideros que cuando Carmen le decía a su
marido:
-Paco,
vamos a joder...
Él
se levantaba y escribía varios decretos en los que repartía
«café»
a sus enemigos del barrio -que no eran pocos- y después los firmaba
convencido de que sus sentencias se llevarían a cabo, un trastornado
para el que Birkenau, Dachau, Mathaussen, Auschwitz o Trblinka
formaban parte de una red de Paradores Nacionales.
Francisco,
como gran temeroso de Dios, era de comunión diaria, cada vez que
entraba por las puertas de Santo Domingo echaba un vistazo y tiraba
del pañuelo del bolsillo de la americana, se tapaba la nariz y la
boca, se metía en la sacristía y le decía al Padre Carmona que
andaba liao con los hábitos:
-Padre,
para serle franco, aquí huele a rojo que apesta.
-Si
quiere que le sea franco -continuaba diciendo- debería usted de
seleccionar a sus feligreses y señalar un día de oficio exclusivo
para la morralla comunista.
-Hermano
Francisco, la iglesia es asilo de profanos y descarriados- decía el
Padre Carmona al tiempo que se colocaba la estola y se recolocaba el
paquete pensando... No tuvimos bastante con un Francisco Franco...
Toni
conociéndolo como lo conocía, podría servirle su bebida habitual
sin preguntar, un «Esencia»
una mezcla de orujos Picudo y Verdejo con Triple Seco y tónica, al
que Francisco gustaba llamar «Pazo
de Meirás»,
pero Toni seguía el protocolo con sorna y le preguntaba:
Que
va a ser D. Francisco? -A lo que él siempre contestaba con una de
estas tres frases:
-Pues
para serte franco Toni, hoy me apetece un Pazo de Meirás
O decía...
O decía...
-Si
quieres que te sea franco Toni, hoy se me antoja un Pazo de Meirás.
O
bien …
-Te
seré franco Toni hoy me pide el cuerpo un Pazo de Meirás
Al
tercer o cuarto «Pazo»
Toni lo complacía y pinchaba en el Picú a Marujita Díaz con la
copla «Soldadito
español»
Marujita
era una folclórica habitual en la «Playlist»
del caudillo, un paradigma de la canción patriótica, Francisco al
oírla, jubiloso levantaba la palma de la mano derecha al artesonado
y reía -como Franco- que parecía que le habían pinchao un huevo
con un compás.
El
Pub de los sueños está en servicios mínimos, el severo control
policial con la chequera en mano y el mal tiempo reinante, hacen que
Toni y un servidor tengamos que tirar de esta penitencia, que Dios
nos impone, solos como la yunta de bueyes del Simpecado y encima,
cuando ya tenemos un par de chispazos puestos, nos tenemos que
abrazar con las mascarillas y las manos en los bolsillos, en fin, el
año que nos sacó de la peste nos sacará de este.
Ya
os decía que la cosa era susceptible de empeorar, aparecía por el
zaguán trasero después de cruzar el portón del Jaque, la gran Dolores...
Dolores
es una puta, ya se que suena muy brusco, lo podría decir de una
manera más suave, pero entonces no estaríamos hablando de esta
Dolores.
Ella
está orgullosa de su profesión, aquella madrugada fumando un
pitillo «Lola»
y
tomando un «Black
russian» un
cóctel
de vodka negro con café y no se que más, sus dos vicios confesables
decía, charlando distendidamente, me dijo:
-Solo...
-No
se debe considerar a una puta una víctima, eso nos deja sin voz, la
prostitución es como cualquier otro trabajo solo que tiene algunas
connotaciones y unas características especiales -decía,
a lo que yo le contesté:
-Para
ti Dolores cual es el secreto para ser una buena puta.
-El
mismo que para todas las profesiones Solo, hacer las cosas con PASIÓN
con mayúsculas, yo Solo, cuando follo soy la puta que más pasión
pone, mucha más que mis clientes, ya sabes porqué me llaman Dolores
«la Pasionaria» estos cabrones.
Francisco
visiblemente afectado tras tanto Pazo de Meirás, destilaba mala
hostia, odio y rencor a borbotones y entre dientes dijo:
-Malas
putas, milicianas republicanas ninfómanas, con vuestras enfermedades
venéreas infectáis el país, la ley no puede reglamentar un vicio.
-¿Sabes
una cosa Solo?
-dijo Dolores manteniéndose de espaldas a Francisco.
-En
este oficio se sabe todo, en casa de Madame Anastassia, al otro lado
de la ciudad, sus chicas me cuentan que va un tipejo vestido de
militar condecorado y con un fajín de la talla de Marifé de Triana,
un
tipo agrio, ridículo, bajito medio calvo, con voz de pito y algo
amanerado que luce un bigotillo estrecho y recto como una ceja
desplumada entre la nariz y la boca.
-Cuando
entra al reservado -siguió contando con voz metálica- sólo exige
que lo aten con cinchos de cuero -como un relleno de carne- y lo
paseen tirando de un collar con bozal y la gorra de plato de General
de los Ejércitos como única
vestimenta, mientras él le cuenta los traumas de su infancia, le
fustigan con un látigo de siete colas las posaderas y los huevos
hasta que lo ponen como el niño que come moras y entonces se mea de
placer...
El
picú del Jaque hacía varios minutos que giraba ya acabado en un
surco sin fin con el «disco
redondo sorpresa de Fundador»
de Marujita Díaz, entre el silencio sepulcral se podía cortar
ambiente.
Toni,
en un alarde sin precedentes en la historia del Jaque, puso la
rebotica patas arriba en 15 segundos hasta encontrar el mayor canto
revolucionario que jamás se ha conocido; Sonaban los acordes de «La
Internacional Socialista»
el himno principal del comunismo, letra de Eugéne Pottier
musicalizada por Pierre Degeyter allá por 1871, anteayer vamos...
Francisco
dio un salto doble mortal del taburete del que le colgaban los pies,
que ni la canaria Pinito del Oro en sus mejores tiempos, de su boca,
solo salio una voz de pito de carnaval para decir:
-¿Que
te debo?
Sin
recoger la vuelta se puso la gabardina se subió los cuellos hasta
las orejas rojas por la ira y se marchó mascullando entre dientes;
malditos rojos arderéis en los infiernos.
Siempre me quedará la duda de si asesinando a este personaje hubiese cambiado los últimos 50 años de la historia de España...
Siempre me quedará la duda de si asesinando a este personaje hubiese cambiado los últimos 50 años de la historia de España...
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