La
crisis pasada va a ser un juego de niños comparada con la que llega
de la mano del COVID19, estamos de vuelta a la pobreza, esta vez no
es aquello de: «Yo
no veo la crisis por ningún lado»,
entonces, los bares estaban tan llenos como lo habían estado toda la
vida y eso era un marcador de que «España
va bien»,
- que diría Aznar, otro que tal baila- pero ahora, los bares son los
primeros a los que el virus de la corona ha tocado y hundido y serán
los últimos en salir a flote, ahora no tenemos referencias para
saber si al que está al lado, le queda un duro en el bolsillo o un murciélago colgando de sus garfios , por lo que la decepción será generalizada y esperemos
que no le suceda el pánico y entremos en barrena.
Una
rata como Bugs Bunny se pasea ante mis castellanos Yanko sin mácula
a paso de moviola por la calle Rodrigo del Campo, ya no corren
despavoridas como antes, encima, te miran desafiantes, ahora el intruso eres
tu, pronto el Mauror, si no se levanta el confinamiento, será el
templo de Deshnok
Toni
el camarero, está preparado para una madrugada más, el Jaque es ese
istmo que une el desasosiego con la esperanza de que todo vuelva a
ser lo mismo que antes o al menos mantenga algún parecido.
Cuando
atravieso el umbral del pub de los sueños, la banda musical la pone
el mismísimo Toni cantando a capela a lo Diego Torres «Color
esperanza» «Saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los
miedos» este
Toni no tiene fin...
Hay
un tipo de mujeres por las que siempre he perdido el pulso, el sueño
y otras cosas inconfesables, son como un cóctel equilibrado de
ambición, sensualidad y peligro, se que hacen daño pero nunca me ha
importado, es como si algo me empujara a huir hacia ellas,
Celia
volvía al Jaque...
Celia
cruzó el patio ajedrezado del Jaque tumbando a su paso peones,
caballos y alfiles, nada más entrar ya ganaba la partida con una
«celada
de apertura»
sensual , aquella noche envuelta en su boa de plumas rojas iba
vestida de argumentos para echar un buen polvo, no pararía hasta dar
jaque mate al Rey.
Cuando
llegó a mi rincón, ya tenía su doble Talisker servido, uno de los
mejores whiskies de malta isleños del mundo, siempre renegaba del
ron, decía que era para las preñadas, metió el meñique derecho
dentro del vaso «Tumbler»
y se
tocó detrás de las orejas y en la coyuntura de los brazos al más
puro estilo Chanél 5, después dio un largo trago.
Me
tiró de la mascarilla hasta ponerme las orejas de Topo Gigio y la
soltó de golpe, el chasquido se confundió entre sus risas y mis
maldiciones, luego la apartó y saltándose el protocolo sanitario
del estado de alarma, me dio un beso con sabor a turba ahumada
irlandesa que hizo temblar hasta las zapatas de los viejos cimientos
del Nº3 de la Placeta Berrocal, sede del Templo del Mauror.
-Como
está mi Solo-
dijo acomodándose en la banqueta giratoria
-Estoy
que me salgo nena no hay más que verme, estoy en boca de todas, no
se habla de otra cosa en el Realejo, y tú? que es de tu vida.
-Mirame
a la cara ¿que ves?- me contestó preguntando
Toni
se había acercado a servirme mi tercer Four Roses de la noche y al
oír la pregunta contestó por mi...
-Veo
una mujer casada y aburrida -necesitas cometer una traición-
dijo guiñándole un ojo,
hay que
decir que Toni quería a Celia con devoción, decía, que Marga era
la Reina Blanca y Celia la Reina Negra, las dos daban un baño de
glamour al Jaque.
Celia
me miró a los ojos con un brillo especial, pero de Celia se puede
esperar todo, es difícil descifrar su mirada, igual quería dar a
entender que Toni había dado en el clavo, o simplemente era, que al
descruzar las piernas se liberó de un pellizco en sus labios
mayores...
Toni
se fue al picú decidido a calentar el aire y pinchó uno de lo
grafitos con más carga sexual jamás registrado «Let's get it on»
de Marvin Gaye, «vamos
cariño deja de dar rodeos y hagámoslo, vamos a amar»,
cantaba...
Celia
es una preciosa mulata cubana pegadiza como un vicio y fascinante
como un sueño, devota de la Virgen de la Caridad del Cobre, siempre
lleva una gran cruz de oro colgada al pecho con la esfinge delante de
la patrona de Cuba y eso le dio el sobrenombre de Celia Cruz, por ello era conocida en el barrio, además de por su ambición. Era un secreto a
voces que Celia últimamente se las tenía con un importante mafioso
de la ciudad, su negro sabrosón con su trabajo de gorila en la
puerta de la Mae West, daba el ancho de hombros pero no el largo de
cartera.
Aquella
madrugada Toni le abrió la puerta a Carlo Stallone, no era un tipo
bienvenido en el Jaque, pero le franqueó la entrada ante la
posibilidad de una llamada anónima a la policía denunciando la
actividad clandestina si no lo hacía.
Carlo
descendía de un famoso gánster italoamericano que murió en el
corredor de la muerte esperando que se cumpliera su sentencia, un
tipo mezquino, cobarde, envidioso y bocazas, las peores condiciones
que se pueden dar en un mafioso que no tenía reparo alguno en afilar el
borde de su cuchillo en cualquier garganta ajena mientras silbaba New
York, New York siempre que a su víctima lo tuviesen atado de pies y
manos.
Pero
para un jefe de una banda mafiosa tan importante es ganarse a pulso
una reputación como saber mantener las distancias ante sus enemigos
y esto, fue lo que Carlo no supo hacer al meterse aquella madrugada
en un mal jardín cuando abordó a Celia al dirigirse al lavabo.
Celia
presa de su ambición por el dinero y el placer, vio la jugada
perfecta ante el mayor enemigo de su amante, otro asesino con
franquicia propia, ese sería su jaque mate al Rey esa madrugada,
tenerlos a los dos entre el ébano de sus piernas.
Pero
alguien hizo una llamada y la partida dio un giro inesperado, un
jaque mate en dos movimientos, el jaque mate más rápido y letal
posible en el juego del ajedrez, el conocido como «Mate del loco»
puso fin a la aventura más osada conocida en la historia del Jaque.
A
Bugs Bunny no le gustó el sabor a turba ahumada irlandesa y
saltando por encima de la cruz de la Virgen de la Caridad del Cobre,
certificó la muerte de Stallone al lamerle, mientras meaba el corte
de su cuello, su último aliento.
No
es del todo exacto que el sexto sentido sea cosa de mujeres, esa
madrugada como siempre con la penúltima copa mientras se hace arqueo
de caja, unas veces Toni pone su música, ayer tocó Sinatra creo
recordar, hoy, -ajeno al fatal desenlace- conocedor de mi pasión por
Freddie Mercury, el picú del pub de los sueños se dejaba acariciar
por las corcheas del tema «The
March of The Black Queen, -La marcha de la reina negra-»
«Abre
tus alas, eres un ángel» A
un ángel le cantaba otro, un canto entre ángeles...
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